El pequeño búho “mocho”, el pequeño búho sin “cuernos”, se posa tranquilo sobre el posadero del ave del año. Porque así lo han decidido, y bien decidido, los compañeros de la asamblea general de SEO/BirdLife; porque es una de las principales víctimas de las carreteras; porque su población se ha reducido notablemente en los últimos tiempos; porque ya no es tan común observarla al atardecer en los postes de los bordes de los caminos y de las cunetas de las carreteras poco transitadas.
El más diurno de nuestros cazadores nocturnos se alimenta de insectos y de micromamíferos que engulle enteros, para después desechar lo que no puede digerir (pelos, huesos, partes duras de las corazas de los insectos) en forma de egagrópilas que van de los
Huye de zonas montañosas y bosques muy frondosos, prefiriendo las zonas cultivadas con setos, estepas, parques y jardines. En nuestro pueblo no es difícil verlo por la tradición agrícola que aquí existe, sobre todo en estepas cerealistas y campos de olivares. En nuestros paseos vespertinos primaverales el oído atento puede escuchar el ‘maullido’ del mochuelo macho que busca pareja. Tampoco, y por desgracia, es difícil verlo muerto en las carreteras que surcan nuestro término municipal.
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