Un breve paseo por el Jardín de la Isla de Aranjuez puede proveer la tarde de interesantes observaciones ornitológicas.
Hoy, en compañía de mi cachorro de humano, hemos estado observando los hirundínidos que pueblan el Jardín, así como algunos rasgos etológicos de los mismos, como la recogida de barro de las cercanías de una fuente para la edificación de su nido.
Una pareja de golondrinas dáuricas (Hirundo dáurica) se turnaban recogiendo barro de las cercanías de una fuente de agua potable y, confiadas, dejaban que se acercara mi cachorro a una distancia muy cercana antes de iniciar el raudo vuelo. Lástima que no pudiera avistar la ubicación del nido en construcción, o reparación.
Los aviones comunes (Delichon urbica) no cesaban de entrar y salir en ágiles acrobacias aéreas de los nidos situados bajo los balcones de Palacio sin parar de emitir sus ruidosos chillidos.
Las golondrinas comunes (Hirundo rustica) se perseguían en juguetones vuelos amorosos sobre la ría, preparando una muy que posible cópula que perpetúe, en su humilde medida, su especie.
Y todas las especies volaban sobre el río devorando pequeños mosquitos que ya se van reuniendo en colonias que forman oscuros nubarrones sobre las plantas y el río.
Una tarde puede ofrecerte interesantes observaciones y emociones relacionadas con las aves que pueblan las zonas más cercanas a nuestros domicilios, sin necesidad de huir a paraísos lejanos, que, por otra parte, tampoco estaría mal visitar.
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