El pasado sábado 21 de Abril,
coincidiendo con una salida que realicé a Carrejo, me acerqué a pasar la mañana
al Museo de la Naturaleza de Cantabria, donde participé en una charla sobre la
conservación de la biodiversidad urbana y un taller de construcción de cajas
nido.
Fig. 1. Imagen del
Museo de la Naturaleza de Cantabria.
Allí, Nacho Fernández Calvo (técnico
de SEO/BirdLife en la Delegación de Cantabria), nos explicó como cada vez la
población humana se está expandiendo más por el territorio, por lo que está originado
una reducción cada vez mayor del hábitat de las poblaciones naturales y comprometiendo
su viabilidad.
Ante esta situación, a partir de
la segunda mitad del siglo XIX, se empezaron a tomar las primeras medidas de conservación
del medio natural con la declaración del Yellowstone como parque nacional. Sin
embargo, en España no se empezaron a producir hasta la primera mitad siglo XX, donde
la protección oficial del medio natural comienza con la declaración de los dos
primeros parques nacionales de nuestro país en 1918, la Montaña de Covadonga
(que a día de hoy forma parte del Parque Natural de Picos de Europa) y el Valle
de Ordesa (actualmente Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido).
Fig. 2. Evolución de la
protección del medio natural en España (Fuente: Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente).
Además, como consecuencia de la expansión
de la población humana por el territorio y el consumo de sus recursos naturales,
cada vez se está produciendo una interacción muy fuerte entre el ser humano y
el medio ambiente, por lo que a esta red de espacios protegidos se incorporan también
aquellos transformados por el hombre y que tienen una elevada biodiversidad,
como por ejemplo las dehesas.
No obstante, a parte de los
espacios salvajes y aquellos naturales transformados por el hombre, existe otra
gran fuente de biodiversidad que también se tiene que conservar, y que se
encuentra dentro de nuestros pueblos y ciudades.
“Siempre que tengo oportunidad, en charlas o presentaciones, lanzo la idea de que la conservación de la biodiversidad en las ciudades es la “última frontera” que nos queda por alcanzar en las políticas de protección de la naturaleza. Resulta paradójico que esa última frontera sea tan cercana, vamos que se encuentra en los lugares en los que vivimos y trabajamos la mayor parte de los habitantes del planeta. Pero por extraño que pueda parecer, la principal batalla para frenar la sexta extinción no tendrá lugar en selvas tropicales lejanas, sino que se librará en las más cercanas junglas de hormigón”
Un ejemplo de protección dentro
de este ámbito de actuación, es el que se está llevando a cabo en el Parque de
las Llamas de Santander, en el cual se incorporó un pequeño humedal (que se
había visto absorbido por el crecimiento de la ciudad) durante el diseño del
parque urbano. Esto ha permitido conservar una comunidad de aves donde se
concentran más de 120 especies, entre las que se encuentran 22 especies nidificantes,
aves acuáticas invernantes e incluso otras de reproducción escasa en Cantabria como
el Avetorillo común (Ixobrychus minutus).
También puede ocurrir que los
seres humanos construyamos las ciudades en espacios que son únicos desde el punto de
vista de la biodiversidad, donde sólo podemos encontrar determinadas especies.
Por ejemplo el visón Europeo (Mustela lutreola) es uno de los
mamíferos más amenazados de Europa, y una de las poblaciones más grandes en
España, vive cerca de la ciudad de Vitoria. Por eso es necesario tomar medidas
para conservar a las especies en las ciudades.
Por lo tanto, teniendo en cuenta
que nuestras ciudades cada vez crecen más, conservar la biodiversidad en las mismas
es crucial. Por ese motivo, debemos de
integrar la naturaleza en el diseño de las ciudades.
Cuando nosotros protegemos la
naturaleza en las ciudades y pueblos, tenemos mejores servicios ecosistémicos,
mejor calidad del entorno (por estar más limpio) y además se reducirán los
daños físicos y psicológicos por tener un contacto más cercano a la naturaleza.
Además, es importante concienciar a los niños
de la importancia de la naturaleza, su conservación y que estén en contacto con
ella, ya que serán estas futuras generaciones las que se encargarán de
conservar la biodiversidad y luchen por su mantenimiento.
Dentro de la biodiversidad en las
ciudades, cada vez es más habitual ver como por ejemplo los cernícalos nidifican
en jardineras de terrazas, halcones en rascacielos…aprovechando las
infraestructuras creadas por el hombre."Numerosos estudios coinciden en señalar que las personas más preocupadas por la pérdida de la biodiversidad son aquellas que han tenido un mayor contacto con la naturaleza a lo largo de su vida”
Sin embargo, hay otras especies
que necesitan nidificar en pequeños huecos y estructuras estrechas que cada vez
son más difíciles de encontrar en los espacios urbanos. Estas son las aves o
especies trogloditas, como los vencejos, gorriones… aves que cada vez tienen
más problemas para encontrar cavidades en los edificios modernos.
También son trogloditas, los carboneros
y herrerillos, que son especies forestales que buscan agujeros en los árboles
de parques y jardines para anidar. En las ciudades suelen edificar en arboles viejos
con oquedades, sin embargo estos suelen ser eliminados por seguridad ciudadana,
quedando estas especies sin lugar para instalar sus nidos.
Fig. 3. Imagen de Nacho
Fernández durante la charla.
Para contribuir a mejorar y
ayudar a la conservación de las aves urbanas, se ha apostado por la
construcción y colocación de diversas cajas nido. Por eso, el personal del
museo junto con Nacho, promovieron y prepararon el taller de construcción de cajas
nido.
Concretamente, a lo largo de la
mañana, un grupo de unas 20 personas, construyeron diversas cajas nido de madera.
Estas, estaban destinadas a albergar principalmente carboneros y herrerillos
(especies que en las ciudades están teniendo algunos problemas de
nidificación).
En las fotos que veis a
continuación, se puede apreciar como distintas personas y vecinos del municipio
participaban en el taller.
Fig. 4. Imagen de Nacho
Fernández explicando la construcción de las cajas nido y los distintos modelos en
función del tipo de ave.
Fig. 5. Participantes
construyendo las cajas nido.
Fig. 6. Cajas nido construidas.
Fig. 7. Detalle caja nido.
Tras la creación de las cajas
nido, todos los integrantes del taller posamos en grupo para tener un bonito
recuerdo de la jornada.
Fig. 8. Foto de grupo de los participantes.
Además, se aprovechó para
informar a los participantes, que la actividad de construcción de cajas nido coincidía
con el día de la Red Natura 2000 (Red de Espacios Protegidos de importancia
comunitaria), por lo que al final posamos todos de manera simbólica dibujando
una mariposa con nuestras manos.
Por último, el personal del museo
y Nacho, nos dedicaron la caja nido que construí al grupo local SEO/BirdLife de
Aranjuez, la cual colocaremos con mucho cariño en el Centro de Educación
Ambiental de nuestra localidad, durante la celebración del día del medio
ambiente.
Fig. 9. Dedicatoria de
la caja nido.
Desde el grupo local SEO/BirdLife
de Aranjuez, sólo nos queda dar las gracias tanto al personal del Museo de la
Naturaleza de Cantabria, como a Nacho Fernández, por el estupendo trato que
tuvieron y por la amabilidad y el cariño que mostraron.
Además, os animo a todos a que visitéis
el museo, donde no sólo podréis encontrar una estupenda representación del ecosistema
de la zona, sino poder disfrutar de un edificio con un encanto especial y sobre
todo de un pequeño y precioso pueblo, que es Carrejo.